El sitio web de una empresa es su tarjeta de presentación en Internet, es decir, representa en el mundo virtual lo mismo que la fachada de un local en el mundo real.
Supongo que estarás de acuerdo conmigo en que un establecimiento físico que dispone de un escaparate atractivo, limpio y bien cuidado, ofrece una buena imagen, transmite confianza y, lo que es más importante para conseguir su objetivo final (la venta de sus productos o servicios), anima a entrar y visitar sus diferentes secciones.
Lo mismo podríamos decir de un negocio en Internet. ¿Quién no ha cerrado alguna vez una página web nada más entrar en ella y ver la primera imagen? ¿A quién no le ha pasado nunca que intenta informarse y no entiende nada de lo que pone?
¿A ti también te ha ocurrido que intentabas leer un texto y no podías concentrarte por la cantidad de faltas de ortografía que tenía o por la deficiente puntuación que presentaba?
La primera impresión es la que cuenta…
Definitivamente, ofrecer una buena imagen es un factor que favorece la relación entre las personas, y esto, en el mundo de los negocios, significa el todo o la nada, es decir, el hecho de entablar con éxito una relación comercial o caer en el olvido.
En un elevado porcentaje de ocasiones, la primera impresión que ofrece una empresa es a través de su sitio web, motivo por el cual lo más aconsejable es que del diseño, del desarrollo y de la publicación se ocupe una empresa especializada en diseño web.
¿Alguien se plantearía fabricar el escaparate de su establecimiento él mismo con la ayuda de un amigo por muy manitas que sean los dos? Pues lo mismo ocurre con el sitio web. La buena voluntad no sustituye el conocimiento de los recursos, tendencias o estrategias.
… pero el hábito no hace al monje
Un buen diseño de la página de inicio de un sitio web anima a seguir visitando otras secciones, pero si solo se ha cuidado el diseño y el contenido es deficiente, los usuarios lo perciben enseguida y acaban yéndose a otro sitio.
Es igual que cuando se nos presenta un comercial o un dependiente y estos van muy bien vestidos y peinados, pero al abrir su carpeta y mostrarnos un catálogo nos presenta una documentación desordenada, o rota, o sucia, etc., o si nos habla con mala educación o utiliza un lenguaje vulgar e inadecuado. Entonces nos provoca rechazo y buscamos el momento oportuno para despedirnos y salir de allí para no volver.
Por tanto, para que un sitio web atraiga visitas y además consiga que permanezcan en él e incluso vuelvan, no basta con un buen diseño, sino que hay que tener en cuenta otros aspectos relacionados con el contenido y la comunicación escrita. A continuación vamos a repasar cuatro de ellos.

4 aspectos fundamentales en un sitio web
Para que un sitio web ofrezca una imagen adecuada, antes de publicarse en Internet tiene que cuidar por igual estos cuatro puntos fundamentales. Vemos cuáles.
1. El diseño
De la importancia que tiene el diseño para causar buena impresión ya hemos hablado en la primera parte de este artículo. Por ello, me gustaría señalar dos aspectos concretos que me parecen que deben tener en cuenta los diseñadores:
Diseño adecuado al público al que se dirige
A veces las plantillas funcionan muy bien, pero no siempre. Cada sitio web está pensado para un público con un perfil concreto, que puede estar determinado por la edad, el sexo, el nivel económico o sociocultural.
El perfil de los usuarios será el primer componente que deberá tener en cuenta el equipo de diseño, ya que las imágenes, los colores y la tipografía no pueden ser iguales en una página de videojuegos para jóvenes que otra de complementos infantiles.
Tipografía legible y tamaño adecuado
Las páginas web están concebidas para leerse en pantalla y esta cuestión debería ser tenida siempre en cuenta por los diseñadores, aunque la realidad dice que no siempre es así. Elegir un tipo de letra que se lea bien, con un grosor adecuado y, sobre todo, con un tamaño proporcionado es fundamental para facilitar la lectura.
En una página aparecen distintas clases de texto (menús, botones, enlaces, descripciones, etc.) y todos deben ser comprensibles fácilmente para moverse con fluidez. La navegación por la página debe ser ágil y leer los textos no debe ocasionar un esfuerzo extra para los usuarios.
2. La estructura
La estructura general es fundamental para que el usuario pueda navegar intuitivamente y sepa siempre dónde se encuentra y cómo volver o acudir a un apartado concreto. Para que la estructura sea correcta, hay que tener en cuenta dos condiciones:
Establecer una jerarquía lógica
El contenido de un sitio web se sigue mejor si se organiza en distintos niveles que presentan la información desde lo más general a lo concreto. Se trata de establecer una clasificación y mostrar en la página de inicio las secciones principales para poder entrar por cada una de ellas y encontrar en unos pocos pasos lo que se estaba buscando.
Recuerda lo siguiente: cuantos menos niveles haya que atravesar, mayor será la usabilidad del sitio y, en consecuencia, mejor será la experiencia de usuario.
Mantener el orden sin excepciones
Una vez que se ha definido la jerarquía, hay que mantenerla siempre y no salirse de ella. Las excepciones, los apartados inesperados o fuera de lugar, desorientan al usuario y le ocasionan pérdidas de tiempo que le llevan a abandonar la página.

3. La ortografía
La corrección ortográfica pasa desapercibida y nadie la nota. En cambio, los errores ortográficos y las erratas se perciben al instante. Una página que tiene faltas de ortografía da la sensación de que se ha hecho con desinterés, que carece de rigor, y esto provoca desconfianza en la información.
Además, desde hace ya algún tiempo el algoritmo de Google lo penaliza para el posicionamiento de la página, por lo que ya es de vital importancia no cometer faltas de ortografía en el contenido de tu web.
Referentes normativos
Cada idioma tiene sus referentes normativos y sus fuentes de consulta reconocidas por la mayoría de los hablantes. En el caso del español, las publicaciones de la Real Academia de la lengua son las que establecen la norma y, en especial, la Ortografía de 2010, el Diccionario de la lengua española de 2014 y el Diccionario Panhispánico de Dudas de 2005.
Además, existen instituciones como la Fundéu que difunden estas normas y resuelven las dudas que les plantean. Nunca viene mal consultar estas fuentes para asegurar una correcta ortografía en el contenido de tu web.
Errores habituales
Hay una serie de errores ortográficos que están muy generalizados y que se pueden evitar consultando las últimas novedades de la RAE. Me he tomado la libertad de señalar algunas normas muy fáciles de cumplir:
- Las mayúsculas se tildan siempre que lo indican las reglas de acentuación.
- El adverbio solo no se acentúa aunque equivalga a solamente.
- Los demostrativos este, ese, aquel tampoco se acentúan nunca en ninguna de sus variantes de género o número.
- La conjunción o tampoco se acentúa, aunque esté escrita entre cifras.
- El diptongo ui se escribe sin tilde en casos como construimos, distribuimos…
- Entre el sujeto y el verbo no se pone coma.
- Los signos de interrogación y exclamación en español son dos (apertura y cierre).
- Los cargos de la empresa, aunque sean el director general o el presidente, se escriben en minúscula.
4. Uniformidad de criterios
Este es un asunto que tiene que ver con la coherencia de la información y que, al igual que la ortografía, si se hace bien no se nota, pero cuando se hace mal canta demasiado. Veamos algunos ejemplos:
Tratamiento
En muchos sitios web se alterna el tratamiento formal de usted con el informal de tú o tuteo. No voy a entrar en si debe prevalecer uno sobre el otro, eso es política de la empresa, pero sí voy a incidir en que sea siempre el mismo.
Uso de mayúsculas y minúsculas
Otra alternancia que se ve muy a menudo es la escritura de palabras idénticas o equivalentes (botones, tooltips, secciones de la página, productos, departamentos, cargos o puestos de la empresa, etc.) unas veces en mayúsculas, otras en minúsculas y otras solo con la primera letra en mayúscula.
Abreviaturas
Es cierto que algunas abreviaturas tienen distintas posibilidades de escritura, pero lo correcto es escribirlas siempre igual. También es importante emplear siempre el mismo criterio a la hora de presentar productos que incluyen medidas, pues en una misma página se pueden encontrar, por ejemplo, camas de 1,50 m y de 150 cm.

Diseñadores, programadores, redactores, correctores… son los responsables de que se cumplan estas y otras muchas más normas en los sitios web. Sólo de esta forma se puede conseguir una web de calidad.
Si te parece interesante el tema o quieres plantear alguna cuestión, puedes dejar tu comentario o recomendar el artículo a otros profesionales para que puedan enviar los suyos.
Estaré encantado de leer todo los aportes.